¡gore, Porno Y Snuff!: Ensayos Sobre Desviaciones del Cine

Francisco Enr quez Mu oz (Ciudad de M xico, 1975): Escritor, dibujante, fot grafo, porn logo, cin fago, pervertidor de mayores, ejemplo vivo del refr n a la prima se le arrima, cazador del oso que se mata a pu aladas, lesbiano, trotatianguis, europeo nacido en M xico, arquitecto de teor as conspirativas, esquizoide, obsesivo-compulsivo, sadista de medio tiempo, coleccionista de ceniceros de hoteles de paso, enemigo del futbol soccer, experto en el fino arte del zapping, egoc ntrico desesperado por ser publicado, apocal ptico, malpensante, suciorealista, adicto a las pastillas de valemadrismo, defensor de los izquierdos, visitante frecuente de la ut pica chingada, mam n al cuadrado, antireggaetonista, perro teibolero, marido de una belleza poblana.--------Ceci n'est pas une pipe.

Esto no es una pipa. Adaptemos esta frase tantas veces manoseada (leng eteada al l mite del clich ) con que Ren Magritte estableci la frontera entre objeto palpable y representaci n art stica.

Esto no es un pene erecto; esto no es una vagina lubricada; esto no es una pipa: es un lienzo cubierto con leo. Esto no es un hombre desnudo taladrando a una mujer desnuda: es un papel cubierto con luz.Son nuestras percepciones quienes gobiernan y dirigen nuestros juicios y razonamientos.

En cualquier caso la pornograf a requiere de la animalidad para tener un significado. Por qu dos de las principales caracter sticas del ser humano son su insatisfacci n dolorosa y su constante cr tica de s mismo? Porque s lo as puede vencer a la animalidad.Dicen que cuando te orgasmas, brillas desde adentro de tu cuerpo y dura varios d as el resplandor que te delata. Que incluso si visti ndote tratas de ocultar la intensa luz de tu sexo, el brillo es muy evidente en tus ojos. S , la pornograf a tiene mil rostros diferentes, pero quien mejor lo porta es un orgasmo.

El orgasmo no es s lo el objeto de nuestro deseo sexual, sino tambi n la causa de nuestra animalidad.El alma se libera de manera definitiva con la muerte, algo parecido al coito; m s bien, a esa sensaci n de irse a otro lado por un instante, luego de no expulsar, sino de compartir el semen. En los momentos org smicos uno puede ir al mundo de los esp ritus, al mundo de los muertos, y regresar vivo. Por eso el orgasmo es la nica aventura il gica, la nica cosa que estamos tentados a considerar sobrenatural en nuestro vulgar y razonable mundo.

En otras palabras, el orgasmo no es cotidiano, es un mar de placer que apenas cubre unos cuantos segundos en los que se vive la muerte. Pero a n ah el coito muestra su carencia y su incapacidad de plenitud: la cima del placer sexual es tan intensa como defraudadora.

Post coitum omne animal triste, escribi Lucrecio. Despu s del orgasmo, el ser humano se ve devuelto a s mismo, a su soledad, a su banalidad, al gran vac o del deseo desvanecido que al rehacerse volver a buscar en un c rculo vicioso. La pornograf a es el acceso a un reino extasiado en la eternidad de un instante ef mero. La censura se parece mucho a la contaminaci n: toma cosas inofensivas y las transforma en algo perjudicial.

Y pornograf a es una de esas palabras que s lo la censura pudo inventar. Esto nos coloca ante una curiosa paradoja: la pornograf a se alimenta, en diferentes grados, de subversi n, de rechazo a una serie de reglas que coartan y condicionan el goce; no obstante, para existir, la pornograf a necesita de esa misma regla. Ello en virtud de que sin una ley que quebrantar, no existir a lo prohibido, no habr a subversi n. Dicho en otras palabras, las desviaciones s lo son tales en relaci n con una l nea recta.

De cualquier manera, hoy resulta m s marginal y rebelde la pareja a la antig ita, profunda y amorosa, que todas las desviaciones de la porno.

Author: Luis Perozo Cervantes, Francisco Enriquez Munoz
Publisher: Independently Published
Published: 07/23/2019
Pages: 670
Binding Type: Paperback
Weight: 1.94lbs
Size: 9.02h x 5.98w x 1.34d
ISBN: 9781077282612
Language: Spanish

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